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Conferencia de las
Partes
de la Convención sobre
la
Diversidad Biológica
2010
Nota de prensa preparada por Yolanda
León
Con una asistencia récord de unas 18
mil personas de todo el mundo, concluyó la Conferencia de las Partes
de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD) a fin de
octubre de 2010. También conocida como biodiversidad, la diversidad
biológica consiste en todas las especies que habitan la Tierra, las
cuales son esenciales para el funcionamiento de sus ecosistemas, los
servicios que nos proveen y la vida misma en el planeta. Dicha
Convención nació en 1992, motivada por el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente, ante la preocupación por la acelerada
extinción de especies a escala mundial. Hoy se estima que cerca de
un tercio de las especies que habitan la Tierra están amenazadas de
extinción. La República Dominicana es parte de esta convención desde
2006.
Para que la Convención pueda medir el
cumplimiento de sus acuerdos, así como revisar o crear nuevos
acuerdos para cumplir con los objetivos de la Convención, cada dos
años las Partes (países que han ratificado la convención) se reúnen
en una gran conferencia, que este año se efectuó en Nagoya, Japón,
del 18 al 28 de octubre. Por la RD participaron dos delegados
oficiales: José Manuel Mateo (Director del Dpto. de Biodiversidad) y
Bernabé Mañón (Viceministro de Areas Protegidas y Biodiversidad),
ambas dependencias del Ministerio de Medio Ambiente. Por el sector
no-gubernamental, asistieron Néstor Sánchez (de The Nature
Conservancy), Yvonne Arias (Grupo Jaragua) y Yolanda León (Grupo
Jaragua e INTEC).
Durante las dos semanas de la
conferencia, no hubo un minuto de descanso entre grupos de trabajo
en plenaria, eventos colaterales y grupos de contacto (para avanzar
temas sin acuerdo en las plenarias). La principal labor consistía
en la revisión (artículo por artículo, palabra por palabra) de
nuevos acuerdos preparados durante los dos años previos por el
Secretariado de la Convención y el grupo de expertos asociado, los
cuales sintetizaban las recomendaciones de distintas reuniones de
temas específicos sostenidas con las Partes durante este período.
¿De que trataban los acuerdos? Pues de una gran cantidad de temas
que tienen incidencia sobre la biodiversidad, como: Especies
exóticas, agricultura, cambio climático, uso de la biodiversidad,
biocombustibles, áreas protegidas, biodiversidad de montañas,
biodiversidad de tierras áridas, participación de comunidades
indígenas y locales, biodiversidad de aguas interiores, estrategia
de conservación de plantas, biodiversidad costero marina, etc, así
como temas más estratégicos y de información, como la cooperación
técnica, colaboración entre convenciones relacionadas, estrategia
financiera, reportes nacionales, movilización de recursos y plan
estratégico. Adicionalmente, un protocolo sobre acceso a recursos
genéticos también debía ser aprobado. Los textos aprobados de todos
estos temas pueden verse en varios idiomas (incluyendo español) en
http://www.cbd.int/cop10/insession/
Con diferencia, los acuerdos más
debatidos centraron en el plan estratégico (cuya discusión se
prolongó hasta las 12 de la noche del último día), el protocolo de
acceso a recursos genéticos y los biocombustibles. ¿Por qué? En
torno a estos temas hay intereses particulares de distintos países.
Así, por ejemplo, una de las metas del plan estratégico más
debatidas trataba sobre el porcentaje de áreas protegidas que cada
país debía fijar en su territorio. La media global está en 12% de
áreas terrestres y se planteaba subirla a un 25%. La justificación
de dicho aumento se basa en que la preservación de dichas áreas es
la única garantía no sólo de preservación de especies, sino también
de los valiosos servicios ambientales que rinden (recientemente
cuantificados por diversos economistas, especialmente el grupo
internacional conocido como TEEB). Países como el nuestro, con un
fuerte sistema de áreas protegidas, no se oponían a este aumento,
pero países con gran territorio, como China y Brasil, se oponían
vehementemente, haciendo uso pleno de sus delegaciones de más de 20
expertos con distintas especializaciones. Al final, a las 12 de la
noche del último día, y después de arduos debates, se pactó un 17%
de áreas protegidas terrestres y 10% de áreas marinas.
En cuanto al protocolo de acceso a
recursos genéticos y conocimiento tradicional, estaba en juego el
acceso a las grandes farmacéuticas a tomar muestras y conocimientos
locales en todo el mundo, para el cual se estuvo tratando de fijar
condiciones mínimas de información y compensación económica para los
países y grupos involucrados. Tras bambalinas nos enteramos de que
excepcionalmente, el Ministerio de Salud de Alemania, entre otros,
se sobrepuso al Ministerio de Medioambiente de ese país para
asegurar los intereses de sus farmacéuticas en este protocolo. En
este sentido, la lucha Sur-Norte se intensificó. Después de dos
semanas de largo debate, se aprobó un texto que contiene ciertas
ambigüedades, pero que para muchos fue mejor que nada. Los
productos derivados (p. ej. medicamentos), quedaron exentos de
compartición de beneficios con los países fuentes de las muestras.
Tampoco pudo negociarse (aunque el grupo de Africa luchó mucho en
este sentido) que se concedieran beneficios retroactivos por
conocimiento tradicional obtenidos previamente a la firma del
protocolo, sin embargo, se estableció un mecanismo para esto en el
futuro.
Finalmente, el tema de los
biocombustibles fue objeto de muchos debates, en los que la RD se
involucró directamente. En primer lugar, algunos países como
Brasil, Colombia y la Unión Europea, favorecían la producción masiva
de biocombustibles, y habían colocado en el pre-acuerdo provisiones
para su incentivo y desregulación. Los motivos detrás de estos
países consistían en que Brasil y Colombia, como importantes
productores de estos combustibles, querían asegurar sus industrias,
y la UE, por su lado, actuaba bajo actual Directiva Europea de
Energía, que requiere cuotas de combustibles provenientes de fuentes
renovables, muchos de las cuales están siendo llenadas por
biocombustibles producidos en países en desarrollo. Sin embargo, la
experiencia ha demostrado que la producción irregulada de
biocombustibles en países en desarrollo amenaza a la seguridad
alimentaria, ya que los terrenos dedicados a la producción de
alimentos se convierten en fincas energéticas para exportación,
además de que muchas veces implican la destrucción de hábitats
naturales, que aportan numerosos servicios ambientales, así como un
consumo de agua desmesurado, en detrimento de las poblaciones
locales. En países como la RD, con limitantes en cuanto a terrenos
agrícolas y agua, dicha producción, si no es regulada, podría traer
grandes problemas. Por esto, encabezamos (especialmente gracias a
las intervenciones de José Mateo) la protesta y logramos incluir
referencias en el texto aprobado sobre la creación de estándares
internacionales para la aprobación de este tipo de proyectos, y
también referencias respeto a la tenencia de tierra y el consumo de
agua antes de aprobar dichos proyectos. Igualmente, nos expresamos
para que no se identificaran ecosistemas, sino sitios apropiados
para el cultivo de biocombustibles, temiendo una exterminación de
ciertos ecosistemas sin verificación de sus valores de biodiversidad
previamente.
En resumen, la CBD constituye un marco
muy útil, democrático y poderoso para el país avanzar y obtener
apoyo técnico en la preservación y utilización de su biodiversidad,
siempre que enviemos delegaciones técnicas y con suficientes
personas.
León, Y. M., Arias, Y. 2010.
Resultados relevantes de la COP 10 de la CBD al trabajo de Grupo
Jaragua. Presentación hecha a funcionarios de la Secretaría de
Medio Ambiente y otras instituciones del área ambiental en las
oficinas del la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional. 20 de
diciembre. Descargar
Portal de la COP 10
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Portal de la CBD
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